El pasado 21 de junio se celebró el Día de la Educación no Sexista, uno de los principales retos de nuestra sociedad. Erradicar la violencia de género y la desigualdad desde la infancia es importante, así como extender el uso del lenguaje inclusivo y evitar toda forma de bullying o acoso entre los más pequeños y pequeñas.
Empezar a educar en la escuela
La Plataforma sobre Educación de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, sentó las bases para establecer las líneas de actuación de los Gobiernos en pro de conseguir una educación no sexista:
- Garantizar el acceso a la educación de las niñas y las mujeres. En todos los niveles formativos.
- Erradicar el analfabetismo de la mitad de la población, como paso imprescindible para tener justicia social y acabar con el empobrecimiento femenino.
- Lograr espacio en la formación profesional para las mujeres, con programas específicos que piensen en el desempleo femenino.
- Asegurar que en las instituciones educativas respeten los derechos de las jóvenes y mujeres, incluida la libertad de conciencia y de religión.
- Eliminar los elementos discriminatorios en todos los currículums, libros educativos y en todo el ambiente educativo. También en las nuevas tecnologías.
- Impulsar la formación en igualdad de los docentes y el resto de agentes de la comunidad educativa.
Los roles y estereotipos de género, la ausencia de referentes femeninos para las más pequeñas, el uso de un lenguaje no inclusivo y el bullying son los principales aspectos a los que los centros educativos tienen que hacer frente hoy día en su lucha por lograr una sociedad igualitaria libre de sexismo. Además de otros aspectos como una educación afectivo sexual insuficiente, el uso desigual del espacio, la segregación ocupacional de género en la docencia o el techo de cristal obstaculizando el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo y toma de decisiones. El profesorado juega, por tanto, un papel fundamental en la lucha por la erradicación de toda forma de discriminación, desde la influencia de su posición.
¿Cómo puedes contribuir?
Entre las recomendaciones a las profesoras y profesores se encuentran el no encomendar tareas en función del género; no asumir que las niñas y niños tienen capacidades distintas solo por su género; o fomentar valores igualitarios como el respeto entre todas las personas.
También se recomienda no potenciar la competición entre niños y niñas; no dar prioridad a características de la apariencia física; usar ejemplos con referentes tanto positivos como negativos de ambos sexos; repartir el espacio del recreo entre actividades distintas, dejando de priorizar el fútbol, por ejemplo; la disciplina debe ser aplicada por igual, sin castigos diferenciados por género; estar atentos a frases hechas o comentarios sexistas; y siempre incluir a mujeres en los currículums.
Luchar desde todos los ámbitos
Desde el Instituto de las Mujeres se ha difundido entre la comunidad educativa un archivo de cuadernos que explica la influencia positiva que pueden ejercer los cuentos a la hora de proporcionar una educación no sexista, utilizar el lenguaje inclusivo para visibilizar a toda la población y hasta para prevenir la violencia de género. Recursos que emplean el cine, la literatura, el deporte y la gastronomía como amplificadores del mensaje igualitario.
También, desde la Fundación Mujeres se potencia la escuela coeducadora para el alumnado de educación infantil y primaria.
“Es importante que tutores y tutoras, equipos directivos, profesorado especialista, departamentos de orientación…reciban una formación en coeducación de calidad. Necesitamos formación para reconocer y desaprender todo aquello que el patriarcado ha transmitido y normalizado para acabar aprendiendo cómo implementar una verdadera educación no sexista en nuestro alumnado”.