Los roles y estereotipos machistas con los que se nos educa socialmente desde pequeños y pequeñas provocan que nos decantemos por unos u otros estudios dependiendo de nuestro sexo o género que conllevarán que elijamos una profesión u otra en el futuro.
El género condiciona las carreras profesionales
Hoy en día, aún, si preguntas a un niño o niña lo que desea ser de mayor, las respuestas (en su mayoría) serán condicionadas según si es chico o chica, y eso será reforzado por la familia y en muchas ocasiones por la escuela, la cual no se ve suficientemente preparada ni formada para guiar de manera equitativa a chicos y a chicas. Las niñas siguen optando por profesiones relacionadas con el rol de los cuidados, mientras que los niños se inclinan por los deportes o por las profesiones científico-tecnológicas.
Todavía se piensa que esas diferencias en intereses y habilidades son innatas y diferenciadas en función del sexo con el que se nace. Ann Gallagher y Majes Kaufman, en un estudio realizado en EEUU detectaron que en general las alumnas tienen una percepción errónea acerca de sus aptitudes acerca de sus competencias científico-tecnológicas y matemáticas ya que dichas competencias son menos valoradas por el profesorado, la familia y el resto de los compañeros (e incluso compañeras) que si fueran intereses y habilidades mostrados por chicos.
Los estereotipos y roles de género y la falta de referentes como el principal problema
Los estereotipos machistas, los roles sexuales impuestos, la falta de apoyo ante las decisiones que se salen “de la norma” y los escasos referentes femeninos provocan que las mujeres se inclinen más a estudios relacionados con la educación, lo social/sanitario, el arte, las humanidades y todas las profesiones relacionadas con los servicios a personas, siendo una minoría (no llegan a ¼ parte) las que se inclinen por estudios STEM (Ciencia, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas)
A partir de los 8 años, cuando les pides a niños y a niñas que dibujen a alguien que sea “astronauta”, “científico” o “que se dedique a las “matemáticas”, de manera sistemática dibujan a un hombre. Esta tendencia aumenta con la edad, no disminuye, sobrevenido por la educación socioeducativa que se recibe. Antes de los 7 años, los niños y niñas demuestran con sus ejemplos estar libres de estereotipos, pero a medida que van creciendo cada vez se muestran más condicionados por la educación tradicionalmente patriarcal.
Otra de las causas es la falta de referentes femeninos tanto en los medios didácticos como en los libros de texto que se utilizan en las escuelas. Solo un 1% de los logros conseguidos por mujeres se reflejan en los libros de texto, y esto provoca que no puedan elegir ser lo que desconocen.
Acabar con las brechas de género
Es de obligado cumplimiento el que se avance en este sentido y se abandonen estas prácticas educativas negativas, puesto que, en los próximos años, una gran parte de los puestos de trabajo que se oferten tendrán que ver con las áreas STEM, sobrevenido por el gran avance científico-tecnológico que nos obliga a adaptar las profesiones a ellos, siendo uno de los yacimientos de empleo más importantes que existen.
El reto para acabar con esa brecha de género no está solo en la elección de los estudios universitarios. Es esencial poner en marcha programas que contribuyan a que las mujeres estén plenamente integradas en el ámbito científico y tecnológico. Así por ejemplo, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades desarrolla diversos Proyectos y Programas dirigidos a las estudiantes de ESO, Bachiller y de las carreras STEM para estudiar estas carreras y mejorar su presencia en el ámbito laboral de estas ramas.
Además, es necesario crear referentes de mujeres en estas áreas, eliminado la creencia de que las habilidades de ciencias y tecnologías son innatas en los hombres. También es importante trabajar con niñas y niños desde el comienzo de su vida escolar, para acabar con los estereotipos de género y fomentar una mayor presencia de mujeres en las áreas. Así como crear relaciones de confianza y empoderamiento para romper estos estereotipos y ampliar la capacidad de elección.